En «El tiempo no, nosotras», Alba González nos invita a alzar un vuelo tan indeterminado que recuerda a aquella frase «imagina que caes, pero no hay suelo» enunciada por Hito Steyerl.

Como en un túnel de viento simulador de caída libre en el que, caer o volar, en ausencia de suelo futuro, se convierten en el mismo flote; cielo e infierno en el mismo lugar; verdad y mentira en la misma idea.

La artista reflexiona en esta exposición sobre cuestiones relativas a la muerte, las pulsiones de autopreservación, la violencia como táctica de identificación y la percepción/construcción de lo real, que son líneas tan importantes dentro de esta investigación artística como lo es su idea principal: trabajar sobre –encima de– el frágil equilibrio entre la negación o aceptación de la imposibilidad para generar coherencia discursiva.

De esta manera, memes que estaban de moda anteayer y vanitas al óleo de más de cuatro siglos de historia se sientan a la misma mesa; textos académicos y cadenas de bulos de WhatsApp dialogan como pares y, en un acto desesperado de autopreservación, lo demencial se proclama legítimo.

Piezas que se relacionan a la manera de una instalación mapa/red de imágenes y reúnen imágenes sin copyright, artículos de investigación científica, copias de obras de arte consolidadas, glitches, comentarios en redes sociales de influencers, memes, reconstrucciones de animales extintos, conversaciones entre inteligencias artificiales, powerpoints de bendiciones religiosas en cadena, ilustraciones médicas, emojis, etc.