1. ¿Podrías contarnos brevemente en qué consiste el curso que has impartido para Fundación MAPFRE Canarias?
Se trata de un curso orientado a personas que trabajan con población adolescente, y consiste en ubicar y vincular conceptos como autoestima, identidad y comunicación. Estos conceptos se interrelacionan a lo largo del desarrollo de la adolescencia de manera muy significativa y en este contexto se pretende ofrecer recursos y reflexiones que promocionen el correcto desarrollo de los adolescentes.
2. ¿Por qué consideras que es tan importante trabajar la autoestima en esta etapa vital?
En la adolescencia es cuando se conforma la identidad, la personalidad, que posteriormente va a ser la base de nuestras decisiones y nuestra manera de relacionarnos y estar en el mundo. Por todo ello resulta clave para fomentar una vida adulta sana y funcional poder tener buenos anclajes en la adolescencia.
3. ¿Qué señales pueden alertar a un profesional de que un adolescente está teniendo problemas de autoestima?
Podemos encontrarnos con indicadores de diferente índole. A nivel de comunicación, por ejemplo, verbalizaciones sobre una baja competencia percibida en él mismo. A nivel de relación social, quedarse al margen de las actividades sociales. Y a nivel emocional, modificaciones sobre su estado de ánimo habitual, tales como irritabilidad, bajo estado de ánimo, aislamiento o, en otro orden de cuestiones, también un empeoramiento del estado de ánimo.
4. ¿Qué tipo de recursos o dinámicas prácticas se ofrecen en el curso? ¿Podrías compartirnos un ejemplo?
Hemos hablado de historias que nos sirven para explicar determinados conceptos, recursos para identificar experiencias de éxito o para fomentar el autonocimiento, como por ejemplo la actividad de las frases incompletas, que consiste en completar una frase previamente diseñada que te ayude a pensar en ti mismo. Un ejemplo de este tipo de frases sería: “los demás no creen que yo…”, o “lo más desagradable es…”, o “una madre…”. Son recursos que pueden flexibilizarse y adaptarse a cada contexto.
5. En tu experiencia, ¿cómo pueden las familias complementar este trabajo desde casa?
Es muy importante cuidar el estilo de comunicación: escuchar a nuestros hijos (¿cómo les vamos a comprender si no les escuchamos?), no dedicar el mayor tiempo de comunicación a dar órdenes y consignas, compartir experiencias personales con ellos por el placer de compartir genuinamente, no porque haya una moraleja necesariamente detrás, dialogar y pedir su opinión y dar valor a sus preferencias y opiniones.
6. ¿Qué impacto esperas que tenga este tipo de formación en los profesionales que trabajan con jóvenes?
Me gustaría pensar que se puedan sentir más competentes y seguros en el comprender a los adolescentes que atiendan, entendiendo su mundo y pudiendo tener un abordaje más fácil, eficiente y agradable para todos.
7. Por último, ¿qué mensaje te gustaría dejar a quienes trabajan con adolescentes cada día?
Hay premisas básicas que tenemos que tener gravadas a fuego: no podemos ayudar a quién no comprendemos, necesitamos escuchar con atención plena y transmitir interés genuino, ningún adolescente va a confiar en nosotros sin motivo, y por tanto debemos ser auténticos en nuestra comunicación y cómo nos mostramos ante ellos. Después, las pautas, recursos y materiales de trabajo son importantes, por supuesto, pero no nos van a servir de nada si no tenemos estos preliminares bien afianzados.
Desde Fundación MAPFRE Canarias agradecemos a Xènia Moliner su compromiso y cercanía. Continuaremos apostando por la formación y el acompañamiento emocional como pilares fundamentales para el desarrollo saludable de nuestros jóvenes.