La Universidad del Barranco, una historia con fin social de Samuel Vera
Samuel Vera Bordón. Ganador XI Edición de Cuentos Solidarios
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Samuel Vera Bordón ha resultado ganador de la XI Edición de Cuentos Solidarios con su cuento La Universidad del Barranco. Este proyecto sociocultural, promovido por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y la Fundación MAPFRE Canarias ya ha abierto el plazo de recepción de candidaturas para la XII Edición. Hoy, con motivo de la presentación oficial del libro, hablamos con Samuel Vera para conocer un poco más sobre el proyecto:

¿Dónde surgió la inspiración para el cuento?

La inspiración la encontré en mi propia experiencia vital, podría decir que la paloma protagonista tiene ciertos tintes autobiográficos. Padezco un problema de salud relacionado con las intolerancias alimentarias que ha condicionado los últimos años de mi vida. Además, he conocido a muchas personas que se encuentran en la misma situación.

¿Qué mensaje querías transmitir con la obra?

Creo que el cuento tiene varios mensajes, o al menos esa ha sido mi intención, pero centrándome en la trama principal, quise transmitir esa larga travesía que viven muchos pacientes hasta encontrar el diagnóstico adecuado. La idea fundamental era poner en valor el papel de la ciencia y todo lo relacionado con ella (universidades, docencia, investigación, etc.) en la resolución de estos problemas.

En este caso hablo de un problema digestivo, pero creo que se podría hacer extensible a otras muchas patologías. Sin ir más lejos, hemos vivido recientemente una pandemia y creo que no valoramos lo suficiente lo afortunados que somos como sociedad gracias a ese conocimiento científico.

Como graduado en Historia creo que bastaría con echar un vistazo al pasado para ver los estragos que causaban en el pasado este tipo de situaciones, cuando la ciencia aún no estaba lo suficientemente desarrollada.
A su vez, he intentado poner en valor elementos del patrimonio insular, tanto naturales (sirvan de ejemplo las lisas Luisa y Elisa, que son endémicas de Gran Canaria) como culturales (la historia arranca en la Necrópolis de Arteara).
Por último, quisiera reseñar que, en este universo, usé a los animales como miembros de una universidad porque quería mostrar la “inteligencia” de estas especies para adaptarse durante millones de años al medio y que fueran ellas las que nos estudiaran a nosotros.

Muchas de estas especies llevan millones de años habitando las islas y, en algunos casos, su evolución las ha llevado a ser únicas. Nosotros, como humanos, debemos ser garantes de esa biodiversidad, pero solo se quiere aquello que se conoce. Espero que este cuento sume en ese sentido.

¿Qué te llevó a presentarte a la Convocatoria?

Podría decir que en gran medida ha sido gracias a mi pareja, Carolina. Cuando tomamos la decisión de tener un bebé, ella, que me conoce y sabe que este mundo me apasiona, me animó a que escribiera cuentos para nuestra futura hija. Mientras desarrollaba la idea para el primero, vi que la convocatoria del concurso estaba abierta y no tuve ninguna duda.

¿Contabas con experiencia previa en el sector editorial? ¿Cómo valorarías la experiencia de Cuentos Solidarios?

No he tenido ninguna experiencia previa con el sector editorial. Valoro muy positivamente todo el proceso desde que me comunicaron que mi obra había resultado elegida. Desde entonces, he tenido la oportunidad de hablar en numerosas ocasiones con personal de ambas instituciones (ULPGC y Fundación Mapfre Canarias) y el trato ha sido excepcional.

¿Qué significa para un autor tener la posibilidad de participar en un proyecto con un fin social como este?

Yo creo que este certamen solo tiene cosas positivas. En primer lugar, incentiva la creación literaria entre el conjunto de la población con un premio muy interesante que es poder contar con una obra editada.

Si a eso le sumas el poder colaborar con una causa social, en mi caso con la ONG Canarias con Mozambique, creo que solo queda felicitar a todas las personas que lo hacen posible.

En resumidas cuentas, creo que ganamos mucho como sociedad: se estimula la creación, se amplía la oferta literaria y, lo más importante, personas que en estos momentos lo están pasando muy mal recibirán algo más de ayuda.