
En el corazón del barrio de La Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria, late un proyecto lleno de vida y compromiso: el Campus Educativo de Verano “Agüita Salá”. Impulsado por la Asociación Cultural y Social Trib-Arte, esta iniciativa ha sido posible gracias al respaldo de Fundación MAPFRE Canarias.
Desde Trib-Arte nos cuentan que el campus nace para dar respuesta a una necesidad concreta: ¿qué pasa con los niños y niñas en situación de vulnerabilidad cuando cierran los colegios en verano? La respuesta es clara: necesitan un espacio seguro, enriquecedor y gratuito donde seguir aprendiendo, socializar y disfrutar del tiempo libre.
Así lo explica el equipo que conforma este proyecto: «Durante el verano, muchas familias no tienen recursos para costear actividades para sus hijos. Nosotros queríamos ofrecerles una alternativa donde, además de divertirse, pudieran seguir creciendo a nivel emocional, educativo y social».
El campus, que beneficia directamente a 20 menores en riesgo de exclusión social, se convierte en un recurso esencial también para sus familias. Indirectamente, unas 70 personas entre madres, padres y cuidadores se ven beneficiadas al poder conciliar su vida familiar y laboral con la tranquilidad de saber que sus hijos están en buenas manos.
El apoyo de Fundación MAPFRE Canarias, en palabras del equipo de Trib-Arte, «ha sido clave. Para la entidad, representa mucho más que una colaboración en la financiación de un proyecto: es un reconocimiento a nuestro trabajo social en el territorio y una alianza que refuerza nuestra capacidad de transformar realidades. Gracias a esta colaboración, podemos ofrecer una respuesta concreta a una necesidad urgente del barrio de La Isleta, reforzando el bienestar infantil y familiar».
Actividades artísticas, juegos, excursiones, talleres educativos… Todo ello conforma el día a día del campus. Pero lo más importante, dicen desde Trib-Arte, es el acompañamiento humano: «para las familias y menores que participan, este respaldo significa mucho más que un simple proyecto: es una oportunidad que muchas veces no pueden tener. Es un espacio donde sus hijos e hijas se sienten valorados, escuchados y cuidados. Y eso, sinceramente, no tiene precio. El desarrollo de este tipo de actividades supone contar con un recurso gratuito, de calidad, comprometido con la igualdad, la inclusión y el desarrollo personal de sus hijos e hijas».
Una vez más, la alianza entre entidades sociales y fundaciones demuestra que la Responsabilidad Social Corporativa puede transformar realidades. Trib-Arte lo resume así: «Cuando una fundación como MAPFRE Canarias se implica con proyectos de barrio, está generando un cambio real».