Acompañar para transformar: la labor de Raíz del Pueblo en La Oliva

Un programa flexible y que se adapta a las diversas realidades del momento. La Asociación trabaja desde una perspectiva comunitaria y profesional, con un equipo multiprofesional compuesto por psicólogo, pedagogo y maestros, que colabora estrechamente con otras entidades como institutos, colegios y unidades de salud mental.
La sede de Raíz del Pueblo se convierte en el punto de encuentro donde todo sucede: allí se organizan actividades, talleres, procesos de atención y acompañamiento. Desde sus inicios, esta asociación ha trabajado por la convivencia, la cultura y el sentido de pertenencia. Hoy, ese espíritu sigue vivo y se refleja en cada uno de los objetivos del programa.
Entre ellos, destaca la atención directa y personalizada a familias en situación de desventaja social, educativa o económica; el apoyo educativo a menores en riesgo de exclusión; el fortalecimiento del rol parental y el fomento de la autonomía juvenil. También hay un componente importante de atención a las personas mayores: «Queremos prevenir la soledad no deseada, mejorar su calidad de vida y crear espacios de participación para todos», afirma la psicóloga.
Los datos hablan por sí solos: 218 personas se beneficiaron directamente del programa (frente a las 175 previstas), con un total de más de 4.000 atenciones realizadas. Solo en apoyo educativo se registraron más de 1.800 intervenciones, y en atención psicológica, 1.033. Además, se desarrollaron talleres de envejecimiento activo, de iniciación a las TIC, visitas a domicilio, dinámicas grupales y espacios de asesoramiento digital.
«El aporte de Fundación MAPFRE Canarias supone el 9% de nuestra financiación, y ha sido clave para extender el servicio de psicología de 9 a 11 meses», destaca María Ángeles. Esta ampliación ha marcado la diferencia: «Nos ha permitido establecer vínculos más sólidos, especialmente con los jóvenes, ofreciéndoles un espacio seguro y un acompañamiento estable en el tiempo».
La psicóloga también señala una de las principales dificultades del proyecto: la falta de continuidad en el equipo multidisciplinar. «La contratación limitada a solo 9 meses interrumpe procesos importantes. Lo ideal sería tener un equipo estable durante al menos tres años para consolidar relaciones con las familias».
Aun así, con el impulso de la Fundación y la entrega del equipo, «Acompañados» ha logrado ser mucho más que un programa: es un lugar donde se cultiva la confianza, el bienestar emocional y el sentido de comunidad. Porque, acompañar de forma real y cercana puede transformar vidas.